¡Hola, BAMBO!
En este post queremos explicaros como fueron las colonias que organizamos desde la escuela durante la semana del 27 al 31 de julio.
Después de todos estos meses en casa, fue una experiencia mucho más única de lo que apuntaba desde un inicio.El lunes por la mañana salimos desde San Andrés de la Barca, concretamente desde el BAMBO, hacia la casa. Llevábamos las maletas llenas de todo lo que se nos decía en la lista, pero desde luego, lo que más ocupaban eran las ganas de fitkid rodeadas de nuestras compañeras.Llegamos a can Roviralta hacia media mañana y esperamos a que llegaran el resto de compañeras que venían con sus padres.
Una vez instaladas y para conocer mejor lo que sería nuestra casa durante una semana, organizamos una gimkana por grupos. ¡Nos lo pasamos genial! ¡No quedó ni un rincón por descubrir!
Por la tarde comenzamos las clases de preparación física y acrobacia.
Por la noche, incluso, todavía nos quedaban fuerzas para jugar al Quién es quién y hablar un poco antes de ir a dormir.
Al día siguiente comenzamos con la rutina de la semana propiamente: por la mañana, clases de técnica, danza y coreografía. Los mediodías los dejábamos para reposar un poco la comida y hacer alguna actividad todas juntas: un día preparamos una coreografía grupal, otro hicimos un remember de festivales y campeonatos en los que habíamos participado, ¡hasta confeccionamos nuestro propio vestuario de escena!…Y es que el viernes teníamos preparada una pequeña muestra de nuestro trabajo para los padres que venían a recogernos. ¡Pero eso ya lo explicaremos más adelante!
A primera hora de la tarde nos sumergíamos en la piscina: carreras en el agua, fotos, inmersiones… Un rato divertido para comenzar la segunda parte de la rutina: la acrobacia y la preparación física de la tarde.
Durante todos los días nos lo pasamos increíble mientras trabajábamos a tope en nuevas dificultades, ¡muchas de las cuales fueron saliendo durante la semana! Ah, y eso sí, siempre que a alguien le salía un nuevo elemento todo el mundo lo celebraba al grito de: ‘¡que levante la mano quien se quiera salvar!’.
Por la noche, después de cenar, teníamos un rato para, por ejemplo, darlo todo en un concurso de playback, o bien, hacer una gimkana para preparar la fiesta de la última noche.
Pero cuando llegaba la hora de dormir, can Roviralta enmudecía después de darnos las buenas noches hasta el día siguiente.
Las mañanas siempre eran iguales: las mismas caras de sábana bajando por las escaleras, con el sueño enganchado a los ojos, ¡pero con la energía de habernos despertado juntos con alguna canción y con las ganas de saber cómo sería el día que empezaba!
El viernes, como os hemos avanzado un poco más arriba, fue el último día: nos teníamos que despedir. Y qué mejor manera de hacerlo que enseñando los bailes que habíamos estado trabajando durante la semana, ¡acompañados de una pasada libre al final!
¡Nos moríamos de ganas de mostrarlo todo!
Así que, después de hacer las maletas y recogerlo todo, nos preparamos para la miniactuación.
Para nosotros, a pesar de que fuera algo corto, fue súper especial poder volver a bailar delante de las familias y fue una manera de cerrar esta temporada 2019/2020, en parte, tan única.
¡Mil gracias por formar parte de esta primera BAMBOexperiencia!
Hasta pronto,
BAMBO.